*Estas voces mías, nadie las oye
mueren, antes de haber nacido*
A.B
Voces
. . . de amor
Hay un
adagio que dice:
“ Dios tiene un destino para
cada ser,
y por supuesto tiene uno para ti”
Noche
nunca creí
que serías tu
la que me
estarías aguardando
mi alma se
cobija paralela a la tuya
junto
al silencio
que guardan
tus palabras.
Me satisfaces
dueles en la carne.
Tiemblo.
siento tu boca
lamiéndome como una
abeja.
Un temor nacido en
mi vagina
contrae mis vísceras.
Exijo una verdad que no
poseo.
El descontento ocupa mi
almohada,
la conciencia se
desprende en la nocturnez,
y penetra en el refugio
de la inconciencia
para saberse libre.
Encuentro el milagro de verte nuevamente.
Tu cuerpo milenario
recorre el centro del
universo
no hay tiempo para ti,
naces cada veinticuatro
horas.
Mientras el aire
besa las esfinges
transparentes,
los ángeles con sus
miradas
encienden candelabros.
Todo es luz
Despiertas al alba.
El esplendor del día
nace;
en la espiga
en el castillo
en la sangre taladrada
en el polvo del camino
viejo
en la presencia indómita
del cáncer.
Y vuelvo a mis olvidos,
al viento azul murmullo
de los años,
Sed de rocío y miel,
la arcilla que me baña
amordaza mi mente.
Tu voz
pulsa mi sed
Acariciante fuego dentro
de un sol errante.
Bebo mi propia muerte,
y aún así me digo:
Deseo tu sombra
tus caricias,
tu mirada
tu voz,
besar el fuego del
corazón,
darle a la razón, la
embriaguez
del verdadero tiempo
vivido.
Recrear el lirismo de
las sombras
en la risa melancólica del reloj,
y recordar lo que dijo
aquel poeta
“ Ha de sobrarme la mitad del lecho
y ha de
faltarme la mitad del alma
(1)
Amado
Nervo.:Dedicado a Ana Cecilia, de su obra “La amada Inmóvil”
.
. . del
secreto
Soy ;
tu secreto
mas temido.
Anduve
descalzo palmo a palmo
recorrí tus
caricias en silencio.
Huí
de miradas,
rumores
solitario
cansancio , vida o muerte.
Ni un
pedazo de pan que me perturbe,
en
inviernos temidos,
y lejanos.
Anude a tu alma atormentada
este dolor
para que tu
lo lleves.
Cerraste
ventanas,
puertas.
El tiempo se cobró la despedida.
La pasión se sentó frente al espejo,
guardiana de tu grito suplicante.
No tuvimos un adiós que complaciera,
los cuerpos que juntamos aquel
día,
tan solo
la mirada
de tu pulso,
huyo tras
la sombra de la culpa.
. . . de desolación
Engendré mi
dolor
en tu
partida,
buscando el
sol
la lluvia y
el estío.
Fuimos
cociendo auroras y alcancías.
Un día
fue la rosa
que tocó mi puerta,
otro
los años
del refugio.
La tarde
gimió su
huérfana paciencia
y de
esquinas
se vistió
la espera.
. . . del tiempo
Esta noche oscura que
habita mi alma
se ha plegado al vuelo
de la fantasía
A.B
Laberinto
de horas.
Vivir
fugazmente olvidando reír.
Beber en un
vaso que no tiene fondo,
caminar a
ciegas con un zapato solo.
Poblar
sobresaltos,
tener
que sentarme en bancos torcidos,
tapar con
mi mano
el temblor
de esta loca angustia.
He de parar
un poco,
para que
todos sepan
de este
cansancio inerte
que congela
las venas.
Eternizar
el tiempo en su justa medida
encontrar
la alquimia que se quedó olvidada
detrás de
las palabras.
. . . de
sombras
Serena,
callada, viene de la mano
de aquel
niño pobre que trae su canto.
Detrás de
la luna no deja rincón
con su
lumbre oscura , brilla como el sol.
El mar la
recibe jadeante, amoroso
le besa su
manto, corona su rostro.
Una perla
blanca fulgura en el cielo
es una luz
nueva, llamado lucero.
Las sombras
caminan los sueños del niño
que pide
juguetes, aún no ha crecido.
La noche se
escapa detrás de los cerros
está todo
oscuro, se internó en el cielo.
Un río
lejano acude a la cita
se
encuentran a solas, amor que no olvidan.
Música tendida en techos y puertas
bailan como
duendes con caricias plenas.
La noche se
enfrenta al albor del día,
los pájaros
cantan, ella sólo expira.
. . . de la Noche
He tirado
los dados a la vida
confiando
en el albur de mi destino
quise
vencer la noche con su espera,
en mi fugaz
y eterno desvarío.
Empapada de
lluvias e ilusiones
roce tu
aliento incierto que desnudo.
Engarce mi
denuedo en las palabras
descubrí en
ti, un páramo oscuro.
Acepté la
razón que te cubría
martingala
que llevas en tu vuelo,
agridulce
fantasma del naufragio
caerás en
las garras del infierno.
. . . de Medianoche
Partirás
sin tristeza ni ataduras
llevarás
los minutos más preciados
un arcón de
recuerdos tan amados,
serán
testigos de nuestra locura.
Profunda
huella será mañana olvido
una hoguera
sin fuego ha de esperarte,
florecía,
moría al hechizarte
amante tan
amado y tan temido.
Apuraré los
pasos esta noche
sombra sin
luz seré desesperada,
me alejaré
de ti sin un reproche.
He de
callar paciente iluminada,
morirá este
dolor en medianoche
me hallarás
en la luna recortada.
. . . en Madrugada
Ya la
esperanza ha de vestir de fiesta
el
principio de amor en madrugada.
Será la
piel del cielo en llamarada
liviandad
de doncella que se acuesta.
Hoy la
ilusión naufraga en el estío
borra el
canto nocturno del olvido
besa sus
labios fruto prohibido
para tomar
de la vida su rocío.
Una gota
que enciende lo pequeño
sustancia
de la vida y del instante,
asola a la
criatura fascinante
que trepa
por la fe, de algún ensueño.
Ya el vuelo
mensajero de los sueños
será quien
guarde el sol de los amantes.
… del Amanecer
Dijo el
malvón
“Se te ha
perlado en los ojos
el cascabel
de una lágrima,
de una
lágrima tan mía
que
ella, de tus ojos salga”,
“Porque
cuando te dí en versos
un racimo
de nostalgias
temblaron
estrellas nuevas
que
colgaban en tu alma.” (1)
Contestó la
rosa
Recibiré en
mi piel
la marea de
tus días,
el embrujo
de olivares
del
almizcle hecho poesía.
Un cascabel
tan ansiado
besó el
color de mis ojos
atrapó
todas mis lágrimas
para no
sentirse solo.
Se enamoró
de la lluvia
tomó el
fruto de mi boca,
llevó en su
canto el rocío
para llorar
siempre a solas.
1.
Del poeta uruguayo
Demetrio Souza
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